¿Alguna vez te has preguntado qué hace que ciertos platillos sean tan irresistibles y deliciosos? Pues resulta que hay un sabor llamado umami que tiene mucho que ver con eso. El umami, considerado el quinto sabor básico junto al dulce, salado, ácido y amargo, ha cautivado el interés de los entusiastas de la gastronomía y científicos por igual. A menudo descrito como un sabor “sabroso” o “carnoso”, este gusto en particular ha influido significativamente en la evolución de diversas cocinas alrededor del mundo.
Qué es el umami
El umami es un término japonés que se origina de la unión de las palabras “umai”, que significa delicioso, y “mi”, que se refiere al sabor. La percepción de este sabor en los alimentos es el resultado de la presencia de ciertos aminoácidos y nucleótidos que, al ser captados por los receptores gustativos de la lengua, generan la sensación de umami. El glutamato, un aminoácido presente en gran cantidad de alimentos, es considerado el principal causante de este sabor, aunque los nucleótidos inosinato y guanilato también colaboran en la intensificación de la experiencia umami.
Este sabor se distingue por su profundidad, persistencia y atractivo al paladar. A diferencia de otros sabores básicos, el umami no es fácilmente reconocible de forma aislada, sino que actúa en conjunto con otros sabores para mejorar y equilibrar la experiencia gustativa. De hecho, el umami es esencial en la percepción del sabor de una amplia variedad de platillos, especialmente aquellos que contienen ingredientes ricos en proteínas, como carnes, pescados y ciertos vegetales.
Entonces, la próxima vez que disfrutes de un platillo delicioso y no puedas evitar pensar en qué lo hace tan irresistible, recuerda que ese toque mágico es el umami, ese sabor que, aunque no lo veas venir, tiene el poder de hacernos disfrutar aún más de nuestras comidas favoritas.
Orígenes de su descubrimiento
A pesar de que el concepto de umami ha estado presente en la gastronomía desde hace siglos, no fue reconocido formalmente hasta hace poco más de un siglo. Fue el científico japonés Kikunae Ikeda quien, en 1908, identificó y nombró específicamente al umami como un sabor distinto. Intrigado por el sabor inconfundible del caldo de algas kombu, Ikeda examinó su composición química y logró identificar al glutamato como el principal componente responsable de su sabor característico.
Tras el descubrimiento del glutamato, Ikeda desarrolló un proceso para aislarlo y producir glutamato monosódico (MSG), un aditivo alimentario que se emplea para realzar el sabor umami en los alimentos. A partir de entonces, el concepto de umami ha sido ampliamente aceptado y estudiado en todo el mundo, lo que ha permitido un mayor entendimiento de su importancia en la experiencia gustativa y su papel en la cocina internacional.
Desde el siglo XX, las investigaciones científicas sobre el umami han proporcionado una base sólida para comprender este sabor y han permitido establecer su relevancia en la gastronomía y la nutrición. En la actualidad, el umami es considerado no solo un componente esencial del sabor, sino también un elemento clave en la promoción de la salud y el bienestar a través de la alimentación.
¿Dónde comprar alimentos con sabor a Umami?
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[imacPrestashop_productos productos=”75,1078,2012,2776,5535″ idioma=”1″]Fundamentos científicos del Umami
Para comprender mejor cómo funciona el umami y por qué es tan importante en nuestra experiencia gastronómica, es fundamental conocer los fundamentos científicos que lo respaldan, cómo nuestros receptores gustativos perciben el umami y las sustancias clave que lo generan: el glutamato monosódico, el ácido glutámico, el guanilato y el inosinato.
Células receptoras del sabor
Nuestra lengua está cubierta de papilas gustativas, las cuales contienen células receptoras especializadas en detectar los cinco sabores básicos. En el caso del umami, se ha descubierto que existen receptores específicos llamados T1R1 y T1R3, que se encuentran en nuestras papilas y son sensibles al glutamato y otros compuestos relacionados. Cuando estas sustancias se unen a los receptores, se genera una señal que viaja al cerebro, permitiéndonos percibir el sabor umami.
Glutamato monosódico y ácido glutámico
El glutamato monosódico (MSG) es una sal derivada del ácido glutámico, un aminoácido no esencial que se encuentra de forma natural en numerosos alimentos, especialmente en aquellos ricos en proteínas. Al descomponerse durante la cocción o la fermentación, el ácido glutámico libera iones de glutamato, que son los responsables de proporcionar el sabor umami.
El MSG, como aditivo alimentario, se utiliza para potenciar el sabor umami en los alimentos, y aunque ha sido objeto de controversia, numerosos estudios han demostrado que su consumo moderado es seguro para la mayoría de las personas.
Guanilato e inosinato
Además del glutamato, hay otras dos sustancias que contribuyen al sabor umami: el guanilato y el inosinato. Estos compuestos son nucleótidos que se encuentran en diversos alimentos y que, al combinarse con el glutamato, intensifican la percepción del umami.
El guanilato se encuentra principalmente en alimentos de origen vegetal, como las algas y los hongos, mientras que el inosinato está presente en carnes y pescados. Al combinar ingredientes ricos en glutamato con aquellos que contienen guanilato o inosinato, se logra un efecto sinérgico que potencia el sabor umami, enriqueciendo y realzando la experiencia gustativa.
Alimentos que lo contienen
El umami es un sabor presente en una gran variedad de alimentos, tanto de origen animal como vegetal. Además, algunas salsas y condimentos también son ricos en este peculiar sabor.
Ingredientes de origen animal
Los alimentos de origen animal son una fuente importante de umami, especialmente aquellos ricos en proteínas. Algunos ejemplos destacados incluyen:
- Carnes: el jamón serrano, el prosciutto, el cordero y la carne de res son excelentes fuentes de umami. Además, los caldos y fondos elaborados a base de huesos también aportan un intenso sabor umami a tus preparaciones.
- Pescados y mariscos: el atún, el salmón, las sardinas, las anchoas, las almejas y los camarones son ejemplos de alimentos del mar con un alto contenido de umami.
- Quesos curados: el parmesano, el gruyère y el queso azul son solo algunos de los quesos que aportan un delicioso sabor umami a tus platillos.
Ingredientes de origen vegetal
Aunque quizás menos conocidos, varios ingredientes de origen vegetal también son ricos en umami. Entre ellos, podemos mencionar:
- Hongos: las setas, como shiitake, porcini y champiñones, son una fuente vegetal excepcional de umami y pueden ser utilizados en diversas preparaciones, desde sopas hasta guisos y risottos.
- Algas: las algas, especialmente el kombu, aportan un sabor umami profundo a caldos y sopas, y son un ingrediente clave en la cocina japonesa.
- Tomates: ya sean frescos, secos o en conserva, los tomates son una excelente fuente vegetal de umami y pueden ser utilizados en una amplia variedad de recetas, como salsas, ensaladas y guisos.
Salsas y condimentos
Por último, no podemos dejar de mencionar las salsas y condimentos que aportan umami a nuestros platillos:
- Salsa de soja: esta popular salsa asiática es rica en umami y se emplea en numerosas preparaciones, desde marinadas hasta aderezos para ensaladas.
- Miso: esta pasta fermentada de soja, típica de la cocina japonesa, tiene un sabor umami intenso y se utiliza para condimentar sopas, aderezos y marinadas.
- Salsa Worcestershire: este condimento de origen inglés también es rico en umami y puede ser utilizado para añadir sabor a carnes, salsas y guisos.
Incorporar alimentos ricos en umami en tu cocina no solo hará que tus platillos sean más sabrosos, sino que también te permitirá disfrutar de una experiencia gastronómica única y memorable. Atrévete a experimentar con diferentes ingredientes y salsas para descubrir nuevas combinaciones y matices del delicioso sabor umami.
Cocina y técnicas culinarias para potenciar el Umami
Al aplicar las siguientes técnicas y estrategias en tu cocina, podrás sacar el máximo provecho del sabor umami y realzar tus preparaciones culinarias, brindándote una experiencia gastronómica más placentera y deliciosa. No dudes en experimentar y ajustar las recetas a tu gusto, siempre buscando el equilibrio perfecto entre los sabores.
Combinación de ingredientes
Una forma efectiva de potenciar el umami en tus platos es mediante la combinación de ingredientes ricos en glutamato, guanilato e inosinato. Este efecto sinérgico intensifica el sabor umami y realza la experiencia gastronómica. Por ejemplo, puedes combinar tomates (glutamato) con champiñones (guanilato) y carne de res (inosinato) en un guiso o lasaña.
Procesos de fermentación y maduración
La fermentación y la maduración son procesos que transforman los alimentos y a menudo aumentan su contenido de umami. Algunos ejemplos de alimentos fermentados o madurados que potencian el umami incluyen:
- Quesos añejos: el proceso de maduración de los quesos, como el parmesano o el gruyère, aumenta su contenido en glutamato, lo que intensifica su sabor umami.
- Miso y salsa de soja: estos condimentos fermentados de la cocina asiática son ricos en umami y pueden ser utilizados en diversas preparaciones para realzar el sabor.
- Charcutería: la fermentación y curación de productos cárnicos, como el jamón serrano o el salami, también potencian el umami y aportan un sabor delicioso a tus platillos.
Técnicas de cocción
El método de cocción que elijas también puede influir en el sabor umami de tus preparaciones. Algunas técnicas de cocción que potencian el umami incluyen:
- Dorar o asar: cocinar carnes, pescados o vegetales a altas temperaturas hasta que se doren o formen una costra caramelizada en la superficie realza el sabor umami. Este proceso, conocido como la reacción de Maillard, es responsable de la formación de compuestos aromáticos y sabrosos.
- Reducción: reducir salsas y caldos a fuego lento concentra los sabores y puede potenciar el umami. Por ejemplo, la reducción de una salsa de tomate o un caldo de carne intensifica su sabor y complejidad.
- Cocción lenta: cocinar ingredientes ricos en umami a bajas temperaturas durante un tiempo prolongado permite que los sabores se mezclen y desarrollen, resultando en platos más sabrosos y con un mayor impacto umami.